La dialéctica entre ciencia y tecnología hace que el mundo, a menudo un lugar confuso y sin dirección aparente, sea más predecible y controlable Mediante la investigación científica comprendemos mejor el mundo. Este conocimiento, convertido en tecnología, nos permite actuar sobre el mundo y transformarlo de acuerdo con nuestros deseos. La tecnología, por otra parte, nos proporciona herramientas que nos permiten profundizar todavía más en el conocimiento del mundo, cosa que da lugar, a su vez, a nuevos desarrollos tecnológicos. La vida constituye la parte más compleja del mundo en que vivimos. Nuestro conocimiento sobre la vida y su funcionamiento es aún muy limitado. Es por eso que la tecnología de la que disponemos para actuar y transformar los fenómenos de la vida —por ejemplo, para luchar eficazmente contra la enfermedad— es muy primitiva. Aun así, extraordinarios desarrollos tecnológicos a las postrimerías del siglo xx —en los cuales el concurso de la computación ha sido esencial— nos permiten por primera vez observar la vida en su nivel más elemental: la secuencia del DNA del genoma. Y, por primera vez también, divisamos la posibilidad de desarrollar la tecnología que nos tiene que permitir un control efectivo sobre la vida— un control que hace tan sólo unas décadas ni sospechábamos. Probablemente, esta tecnología, construida en la intersección entre la biología y la computación, cambiará el mundo del siglo XXI de manera radical.
Ciclo: Desafíos Siglo XXI. La Voz de la Ciencia. Ciclo de conferencias III
Organizado por: Residencia de Investigadores