Varios contaminantes ambientales de naturaleza xenobiótica (ajena a la vida) pueden alterar las funciones del sistema nervioso. La exposición a estos agentes —especialmente los orgánicos polihalogenados persistentes en el medio, el metilmercurio y los
alteradores endocrinos—, aun a bajas dosis, origina efectos subclínicos o crónicos como por ejemplo déficits del neurodesarrollo, cognitivos, de memoria, etc., o trastornos neurológicos severos de tipos convulsivo o del movimiento (Parkinson).
Ciclo: LUNES DE CIENCIA: Investigando para la mejora de nuestra salud
Organizado por: Residencia de Investigadores, Delegación CSIC a Catalunya, Instituto de Investigaciones Biomedicas de Barcelona