Hace 25 años se consideraba que el cáncer primario de hígado era una entidad de incidencia marginal en nuestro entorno, que era imposible establecer su diagnóstico en fases iniciales y que el tratamiento era absolutamente ineficaz. Estos conceptos se han demostrado erróneos. Este cáncer es la causa primera de muerte en enfermos con cirrosis hepática y, especialmente, en enfermos con infección crónica por virus de la hepatitis B o C. Actualmente se dispone de herramientas para estrategias de cribaje que permiten su detección precoz y existe tratamiento con impacto positivo sobre la supervivencia en los diferentes momentos evolutivos de la enfermedad. Investigaciones actuales deberán mejorar el rendimiento diagnóstico de las técnicas de imagen e incrementar el conocimiento de los mecanismos moleculares que determinan la aparición y progresión del cáncer. Obviamente, estas innovaciones se tienen que traducir en una tasa de curación superior con disminución de la mortalidad.
En cualquier caso, hay que retener que la mejor estrategia es evitar la adquisición de factores de riesgo mediante la vacunación contra la hepatitis B, evitar la infección por virus de la hepatitis C o su cronificación y establecer hábitos de vida saludables, evitando sobrepeso e ingesta excesiva de alcohol.
Ciclo: Desafíos del Siglo XXI. La Voz de la Medicina, III
Organizado por: Residencia de Investigadores. COLABORAN:Fundació Clínic Barcelona, IDIBAPS, RESA y Col·legi Oficial de Metges de Barcelona