A pesar de que en la Edad Moderna la mayoría de las mujeres no podían recibir un aprendizaje formal en los gremios artísticos como los de los pintores y escultores, en aquella época ya hubo algunas de importantes fuera porque algún gremio les permitio aprender el oficio de manera formal, como el caso de Harlem (Holanda), o porque al ser hijas de algún maestro artista recibieron un aprendizaje informal en el taller paterno. Por alguna de estas dos razones, u otros, en los siglos XVII y XVIII hubo pintoras destacadas como las italianas Artemisia Gentileschi (1593-1658) y Sofonisba Anguisola (1532-1623). Ni en el caso español ni en el catalán hubo pintoras similares pero sí alguna escultora –Luisa Roldán (1652-1706)– y artistas con trabajos de menor calidad que los de las mencionadas. La abolición de los gremios verso mediados del siglo XIX no provocó un cambio inmediato en la escasa presencia femenina en la producción artística. La situación empezó a cambiar a finales del siglo XIX, destacando en este sentido en Cataluña Lluïsa Vidal (1876-1918), la obra de la cual a veces ha sido atribuida a Ramon Casas debido a su calidad artística.
Ciclo: Jornadas de Historia del Trabajo de las Mujeres en Cataluña, siglos XVIII-XX
Organizado por: Residencia de Investigadores