La industrialización catalana fue posible en gran parte porque dispuso de una abundante mano de obra femenina, sobre todo en el sector textil que como se sabe fue el que tuvo más peso en nuestro país. El trabajo femenino también fue importante en otros trabajos especializados cómo, por ejemplo en los sectores del calzado, la impresión, el metal-gráfico o el conserver... Aun así la cuantificación de este trabajo es problemática debido a la deficiencia de la grabación que se hacía en los padrones y los censos de población. No obstante, la consulta de otras fuentes documentales está descubriendo las altas tasas de ocupación femenina en diferentes ámbitos laborales en los siglos XIX y XX. Trabajaban tanto las solteras, como las casadas y las viudas, si bien en proporción diferente; la de las casadas dependía en gran parte del número y la edad de los hijos. Esta presencia femenina en el mundo laboral fue obstaculizada por la ideología, la legislación y los sindicatos –dominados por los obreros–, sobre todo desde principios del siglo XX porque se consideraba –por razones diferentes– que las mujeres se tenían que estar en casa, según concebían las ideas de la domesticidad y del hombre breadwinner.
Ciclo: Jornadas de Historia del Trabajo de las Mujeres en Cataluña, siglos XVIII-XX
Organizado por: Residencia de Investigadores