El ethos invoca la esencia más humana. Implica la literalidad de ponerse en el lugar del otro, un movimiento que, desde la comprensión y el compromiso, nos ha permitido avanzar como especie. La elección de Norman Bethune para esta ocasión no tiene más objetivo que el de ahondar en su rebeldía como primer paso de su carrera humanitaria.
Es decir, frente a la religiosidad de sus padres, presbiteranos ortodoxos y practicantes, el Dr. Bethune eligió a los desheredados, porque era el gesto más contestatario que se le ocurrió frente a la imposición de Dios: descender a los infiernos de los hombres. Lo hizo, de muy joven, alfabetizando a obreros europeos hambrientos que llegaban a los durísimos trabajos madereros en los bosques canadienses. Y lo hizo en tres guerras (la primera de ellas como camillero, ni siquiera como médico): Primera Guerra Mundial, Guerra Civil española y Segunda Guerra Chino-Japonesa.
Abrazar el comunismo no fue sino una excusa para ejercer de médico en la convicción de que combatir la enfermedad era luchar también contra la injusticia y quienes las propiciaban, haciendo de ella un modo de vida.
Videoproyección: Bethune (VO inglesa y francesa, 1964; 58 min.). Dirigido por Donald Brittain.
Sesión coorganizada por Natalia Fernández Díaz-Cabal, en colaboración con la Fundación Canadá y la Embajada de Canadá.
Ciclo: ETHOS Humanitario y Guerra: razones y pasiones, ideologías y creencias
Organizado por: Grupo de Investigación «Cultura médica y científica: prácticas, espacios, objetos e intercambios» de la IMF-CSIC, Dirección General de Investigación, Residencia de Investigadores