Ahora hace 100 años del descubrimiento del infarto agudo de miocardio. En este tiempo se ha avanzado mucho para reducir las secuelas que deja en la calidad y cantidad de vida del enfermo. Aun así, en el momento actual, en que una mayoría de enfermos son sometidos a angioplastia primaria, continúa quedando una cicatriz cardíaca (ciertamente más pequeña), pero sin capacidad contráctil.
Las nuevas opciones terapéuticas que aportan las células madre y la ingeniería de tejidos cardíacos pueden ayudar a disminuir o eliminar esta cicatriz. Nuestro grupo está trabajando activamente en constructos biológicos y sintéticos capaces de integrarse en el miocardio y regenerar la zona infartada. En algunos de ellos, hemos pasado de la fase celular al modelo múrido, posteriormente al modelo porcino (el más cercano al hombre desde el punto de vista de fisiopatología cardiovascular) y finalmente estamos haciendo la traslación en ensayos clínicos fase I en humanos. El uso de polímeros biológicos o sintéticos, conjuntamente con células madre y factores de crecimiento constituye una nueva disciplina, la ingeniería de tejidos, que engloba la biología, la tecnología y la química, y es una iniciativa que empieza a dar frutos.
Ciclo: Desafíos del Siglo XXI. La Voz de la Medicina, III
Organizado por: Residencia de Investigadores. COLABORAN:Fundació Clínic Barcelona, IDIBAPS, RESA y Col·legi Oficial de Metges de Barcelona