El librepensamiento fue uno de los movimientos políticos y sociales más importantes en la Europa del período 1860-1914. El librepensamiento catalán no fue ajeno a la sensibilidad humanitarista, aunque a partir de presupuestos propios. Compartía con otros grupos —como los cuáqueros— un pacifismo militante. Pero su principal objetivo iba más allá: se trataba de la liberación de la humanidad de la opresión del yugo religioso. Una misión, a la vez, ética y política: era necesario crear un espacio que posibilitara el pleno despliegue de una moral humana autónoma radicalmente desligada de los mandatos de las religiones positivas; era imperativo que los individuos abandonaran creencias que veían como la piedra angular del orden social y político existente.
Este particular concepto del humanitarismo tuvo que ver, en parte, con el intento de crear toda una sociabilidad de oposición materializada en la elaboración de rituales alternativos en todo lo referente a la vida y la muerte, y, sobre todo, en la fundación de escuelas racionalistas y laicas. El gran esfuerzo demandado requería un nuevo guión: una cosmovisión materialista distinta a la fundamentada en el relato bíblico. Cosmovisión que se articuló a partir de una peculiar lectura del evolucionismo y la termodinámica.
Ciclo: Humanitarismo, Ciencia y Medicina, en la Paz y en la Guerra
Organizado por: Línea de Investigación «Prácticas culturales, saberes y patrimonio en espacios urbanos: música, ciencia, medicina» de la IMF, en el marco de los proyectos de investigación fi nanciados por la Dirección General de Investigación.