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Antoni Besses es un músico integral. A su trabajo de pianista y pedagogo hay que añadir su interés en la composición. Y entre sus cartas credenciales ostenta una especial preocupación por la música fundamental de Juan Sebastián Bach.
Muestra de ello son sus reconocidas versiones grabadas de El clave bien temperado, o su trabajo sustancial en las Variaciones Goldberg. Junto a ello destaca una técnica admirable y una elocuente proyección expresiva reconocida en la interpretación de los grandes repertorios del Romanticismo. Se ha destacado la profundidad en un excelente Schumann.
Dentro de los múltiples repertorios hay que subrayar el fructífero acercamiento a los autores del siglo XVIII español, una tradición ya sustentada en el piano de Granados. Una síntesis de estos mundos llega con su grabación, junto a Miquel Farré, de la integral de la obra de Frederic Mompou, realizada aún en vida del compositor.
En su currículum destaca haber trabajado con figuras tan relevantes como Pierre Sancan, Frédéric Gevers, Olivier Messiaen o Alicia de Larrocha, lo que explica su capacidad reflexiva y a la vez su compromiso con la expresión, ante los retos que plantea la interpretación. De ahí también el importante papel que ha jugado como pedagogo en cuanto a la formación de la nueva y brillante actual generación de músicos.
En cuanto a su generación, Besses forma parte de una pléyade de importantes pianistas como Miquel Farré, Ramon Coll, Albert Atenelle, Paula Torrontegui, Àngel Soler y otros.
La composición desde una perspectiva formal y renovadora siempre ha participado de las necesidades expresivas de Besses, y tiene un catálogo muy extenso, aunque su valoración como intérprete ha dejado de lado este aspecto que hoy se renueva con el estreno de Materia sonorapartículas.
En este programa Antoni Besses refleja sus intereses más importantes. El alarde de Bach en la Fantasía cromática y Fuga en re menor es significativo, en un contexto armónico de amplia presencia de la séptima disminuida, refleja sus intereses en la variación y en el ejercicio de la libertad tonal, y constituye el pórtico de la magistral Fuga.
La importancia de la obra de Bach fue sin duda reconocida por los grandes compositores, pero al público no llegó hasta los tiempos del Romanticismo. Hacia finales del siglo XIX Brahms compuso sus 6 Klavierstücke, piezas breves en las que incide el arte de la variación.
Los primeros dos Intermezzi, apasionado el primero en la menor, y sentimental el segundo, en la mayor, oponen su tonalidad; la Balada que sigue es en sol menor con su característico intervalo de tercera en el tema. Finalmente el Intermezzo plantea a la crítica cierta inquietud, con dos ideas temáticas que juegan conjuntamente y un discurso con delicadas armonías.
Completa el perfil estético de este programa que se inicia con los Corales bachianos, el Preludio, coral y fuga, una de las cumbres del piano romántico del maestro de la forma que fue César Franck, escrita una década antes de los Klavierstücke.
Gershwin ensaya una síntesis de mestizaje y lleva su formación clásica al jazz. Estos tres preludios son un guiño formal de maestría en los que el músico americano hace gala de trabajo armónico en el blues central. El Agitato nº 3 el autor lo calificó como “Spanish”.
Jorge de Persia
Ciclo: X Concierto de Primavera
Organizado por: Residència d’Investigadors