renal crónica terminal (IRCT), que hoy en día tiene una incidencia de más de cien casos nuevos por millón de habitantes cada año. En Cataluña aproximadamente un 50% de enfermos prevalentes de IRCT son portadores de un trasplante renal funcionando. Esta fuerte implantación del trasplante renal en nuestro país mejora la salud y la calidad de vida de los enfermos y representa un importante ahorro para nuestro sistema de salud.
El trasplante renal ha evolucionado fuertemente desde sus inicios a principios de los años 60. La mejora en las técnicas de preservación renal, la reducción en la incidencia de rechazo agudo gracias a la introducción de nuevos inmunosupresores (IS) y un control más efectivo de las infecciones han aumentado la supervivencia del injerto renal en el corto y mediano plazo. Desgraciadamente, sin embargo, el daño crónico del aloinjerto renal provoca el fracaso de un 4% anual de órganos. Además, los enfermos receptores desarrollan neoplasias con más frecuencia que la población general y tienen un riesgo elevado de sufrir accidentes cardiovasculares y complicaciones derivadas del uso prolongado de los IS empleados en la prevención del rechazo agudo y crónico, que a menudo ejercen un efecto indiscriminado sobre el sistema inmune.
Los adelantos en trasplante renal se dirigen primordialmente a la prevención del daño de isquemia/reperfusión, al diseño de nuevos inmunosupresores, dirigidos selectivamente contra mecanismos de respuesta inmunitaria, a un mejor control de la respuesta humoral en contra del injerto, a la introducción de pautas pro-tolerogénicas, y al desarrollo de biomarcadores que permitan refinar la utilización de los IS para reducir las dosis y la morbilidad y que deberían conducir a la medicina personalizada en el trasplante renal.
Ciclo: Desafíos del Siglo XXI. La Voz de la Medicina, II
Organizado por: Residencia de Investigadores, Fundació Clínic Barcelona, IDIBAPS y RESA